Analizamos “Satanik Panik”, lo nuevo de Bog Wizard

Por suerte no está habiendo tantas noticias dentro del páramo en el que nos movemos que pueda multiplicar la publicación de artículos. El tiempo necesario para ceñirnos a las novedades en sus tantas reseñas como máximo mandamiento de “La Habitación 235”, parece que nos está dando esa tregua en mi incesante empeño de llevarlo todo al día.
La noche de Halloween dio sus frutos y es que más allá del especial que pudimos vivir en el planeta 235 con nuestro “Especial Halloween” (escuchar aquí), algunos fueron esos lanzamientos que volverían a introducirnos en el fango. Dicho esto, toca hablar de “Satanik Panik”, lo nuevo de Bog Wizard.
Este infranqueable power trío de Michigan sigue por sus fueros, implantando una especie de sludge/doom de tintes ennegrecidos, teniendo una corriente Melvins de vez en cuando y otra Weedeater en otros tantos tramos del nuevo álbum.
Se trata del cuarto trabajo de los norteamericanos y como tal, ese prisma pagano se visualiza en cada una de canciones que prometen la escucha de discos al revés, antiguas tumbas, malvados hechizos y rituales plagados de velas dentro de su hábitat.
Carne del underground, Bog Wizard lleva esa potencia fangosa que además experimentan con gran ingenio en muchas de las partes de “Satanik Panik”. Un caos que muchas veces se vuelve desconcertante llevando los lados más extremos de su marca estándar al sludge.
La impronta de los mástiles corre a cargo del rugido del riff por parte del guitarrista Ben Lombard y el bajista Colby Lowman, orquestando una sección rítmica valvular que bombea esa mitología que se abre al universo Tolkien en sus primeros instantes, y que rápidamente se adentra en una terminología ocultista, persistente en el resto del álbum.
Esto no quita que haya cierta sátira, como bien acostumbrados nos tienen en muchos de sus predecesores discos, pero es la estridencia de sus acciones es la que manda en un “Satanik Panik” con sus momentos más reflexivos e inmersiones al folk logrando la ambientación inquietante recorridos en sus algo más de 40 minutos de totalidad.
Escogería temas como “RIASGLAFM (Swamp Golem Returns)” y la sucesora “Necromancer” como las canciones a destacar. El dinamismo del power trío se muestra variante en ideas, llevando esa densidad que prospera en sus férreas estructuras, sin dejar de lado la contundencia de sus muchos bucles sonoros.

