“The Ship//The Sea”, una muestra solvente del carácter de Beastwars

Se han hecho un nombre en el underground de las Antípodas, tristemente no han pasado mucho más allá y a pesar de haberse convertido prácticamente en una banda de culto para muchos, el camino forjado por Beastwars siempre ha sido una demoledora fuerza que ahora aterriza con su sexto álbum, “The Ship//The Sea”.
Bajo una cubierta exterior soberbia y pintada al óleo por parte del artista Nick Keller, abrimos un disco contundente, dónde el músculo de sus funciones contrarresta esa esencia atmosférica de anteriores trabajos suyos. Por encima de todo esto, la oscuridad se alza imponente en su nuevo álbum, un universo apocalíptico que en esta ocasión, grabaron junto al Océano Pacífico en los Studios 11b, cerca de la playa de Mount Maunganui.
Como siempre, su sello Destroy Records, es el encargado de distribuir esta nueva obra orquestada por la inmensa voz de un Matt Hyde pletórico. Y pensar que este titán se debatió entre la vida y la muerte hace unos años, y cuando muchos pensaban que el final del proyecto estaba más cerca que nunca, renació de las cenizas como el ave Fénix.
Razones de peso como este “The Ship//The Sea” dan una credibilidad mayúscula a los neozelandeses. El agua corre como motivo central a lo largo del registro, el barco representa el cuerpo y el mar simboliza la vida. Líricamente, las canciones atraviesan la supervivencia, la purificación, la sabiduría y la curación, siempre con un trasfondo de peligro y la lucha por sobrevivir.
Entre sus muchas dificultades personales, Beastwars es ese navío en alta mar que sobrevive al golpe en el casco de sus muchos oleajes, por eso que mejor que reflejar esa historia bajo la mirada de “The Ship//The Sea”.
Como he dicho, la potencia de Beastwars se vuelve a desarrollar, aunque esta vez siguiendo una mecánica algo más corta en sus canciones. Sin embargo, los ritmos estridentes y ese flujo hipnótico, aunque no profundice tanto en tantísimas ocasiones, sigue estando ahí, bajo la tempestad de esa desbandada de riffs y el estreno a la guitarra de Christian Pearce.
Me quedo sobre todo con esa densidad sombría que mantiene el álbum, dándole esa característica distintiva en la música del cuarteto, implementando ese groove característico y la espiritualidad simbólica que recorre todo el álbum.
La crudeza vuelve a desafiar los elementos sludge/doom/post metal de Beastwars, pero le falta algo más de profundidad y desarrollo en sus canciones. Tal vez, el pecado de que sea una de mis bandas fetiches me haga exigente con la obra de una banda que significa tanto para mí, pero me imagino a estos cuatro tipos desarrollándose algo más dentro de una base que próspera y nos ha regalado tan enormes momentos y forjar un pedazo de titán de álbum. Aun así, “The Ship//The Sea”, tiene esa interpretación visceral de Beastwars que sigue vigente, llenando de emociones e intensidad un disco con gran pegada, como de costumbre.
Cinco años después y como material nuevo desde entonces, Beastwars siguen siendo un referente próspero e innovador dentro del género, añadiendo más constancia a una discografía sublime.

