Grusom – “III”; Una ofrenda del pasado, para los días del presente…
El estimado Roberto Fuentes (Red House Producciones, Stoner-Doom Manifiesto) nos dio a conocer este magnífico proyecto danés hace justamente una década atrás con su homónimo estreno (reseña aquí). Seis chicos de la localidad danesa de Svendborg apadrinados por todas esos pilares setenteros que pueden ser Black Sabbath, Deep Purple o The Doors, entre muchos otros.
Hay una fina línea que separa el heavy metal del doom, y entre ellos la elegancia de Grusom se interpone en un perfecto balanceo que hace de esta tercera entrega una nueva ofrenda del pasado, para disfrutar en los días del presente.
Aunque habíamos dado algunos avances antes de vivir de su segundo encuentro, llegó el 2018 y ese lapso que tuvimos en “La Habitación 235” pasando toda nuestra actividad únicamente a las redes sociales, dejando la web paralizada, hizo perdernos muchos trabajos, y la segunda entrega de Grusom, fue uno de los tantos damnificados.
Con “III” asistimos nuevamente a disfrutar de sus canciones, un orquesta fúnebre de medios tiempos y tintes hard rock, debatiéndose entre elementos psicodélicos, progresivos y ocultistas. No es otra cosa que no hayamos escuchado antes, pero supongo que en la distinción de su rock, es dónde se esconde el arma principal de Grusom.
Como siempre, nos montamos en nuestro DeLorean particular para viajar hasta el corazón de los 70 de la mano del hilo musical propuesto por Grusom. Todo un encuadre que aguarda una magnífica producción a cargo del propio Peter Østergaard Christensen, batería de estos Grusom.
El impulso de los Hammond es otro condicionante en la música de Grusom, capaz de darle ese decorado ocultista y totalmente burbujeante en pistas maravillosas como “Le’ Voyage”, un ejemplo perfecto para entender que Grusom, no es simplemente una banda revival más, y que a base de nuevas ideas, este imperio que se alza a la voz del rock setentero, todavía le queda mucho por descubrir.
Entre tantas canciones, también podemos disfrutar del tenue heavy psych de “Euphoria”, las líneas progresivas y sinfónicas de “Fatal Romance”, la aflictiva sombra persistente de las teclas en “Mortal Desire”, y ese canto primitivo en la épica que siempre abunda en nuestras melodías más añoradas que es la inicial “Shadow Crawler”.
Lo nuevo de Grusom no posee de ese frenetismo que muchas bandas heavy psych imploran en su larga destreza. Una cálida y agigantada oscuridad es la que aguarda este nuevo “III” de los daneses, y en ella serpenteamos en un estado de levitación continua.
Sus líneas pastorales, profundizan en estas canciones con esa sólida producción a la que hacía mención anteriormente, y una distintiva huella que deja a Grusom, como una banda que se toma sus tiempos para la fabricación de cada trabajo, pero cuando llega el momento, sabes que la espera ha valido la pena.
Dentro de su categoría, es una de las maravillas en las que adentrarte a esa sensación del rock más vintage.
