Earl Of Hell y un estreno que toma nota de los grandes iconos
Desde Edimburgo y uniendo las ideas al conclave más próximo entre los primeros Alice In Chains, Killing Joke y por supuesto, la siempre eterna figura de Black Sabbath, los escoceses Earl Of Hell auto-editaron a finales del pasado mes de abril su primer disco.
Con esto, la producción de un tal Alain Johannes entre bastidores y el simple hecho de haber girado con monstruos de la escena como Bongzilla, The Vintage Caravan, Phil Campbell And The Bastard Sons o Gnome, los músicos de Earl Of Hell tendrán su momento de concepción presentando las canciones de este homónimo trabajo a bordo de una nueva cruzada con iconos del desierto como Brant Bjork Trio y por supuesto los Masters Of Reality del propio Johannes.
Hay que recordar que hablamos de un estreno desde el formato larga duración. El combo escocés ya hizo lo propio con una presentación a las masas con su EP del 2022 para este proyecto que tiene sus primeras pinceladas originarias poco antes del inicio de la pandemia.
Puede sonar heavy, punk e incluso tener toda esa esencia glam de los ochenta. No hacen prisioneros y desde luego, no se encasillan en un género en concreto, lo cuál hace de este “Earl Of Hell” un trabajo de largo dinamismo, explorando entre las muchas influencias de la banda en sus nueve valerosos actos.
Rítmica potente, voces que se deslizan de manera serpenteante entre sus cosmos instrumental y una solidez compositiva que traen al recuerdo de muchos iconos del rock de otros tiempos.
Esto es Earl Of Hell, un buen escaparate de los diferentes ciclos del rock y el metal, encapsulando lo mejor de los Maiden en temas como “Impaler”, llenarnos de una rareza característica impregnada en buena parte del álbum pero tiene una de sus culminaciones desde este aspecto con “My Twisted Mind”, la eterna influencia de Black Sabbath con “Brave New Age” o ese descenso a la oscuridad de Seattle en “Calling, Is The Crow”.
Esto tan solo son pequeñas notas que invitan al oyente a entrar en un convite estimulante cargado de sonidos desbordantes y ese enjambre a las grandes culminaciones del género en todo su contorno.
De sus muchos entresijos, pueden notar ese aire al polvoriento salvaje oeste en su cierre “Bloodlines”, otro giro de tuerca de Earl Of Hell, nunca exento de sorpresas en su nueva oferta y siempre persistente a esa visión profunda ante los principales emblemas de sus tantos exponentes.
Estupendísima producción de Alain Johaness sabiendo pulir todos los matices de los escoceses, mezclando pasado y presente en el ese largo árbol genealógico que es el rock desde todas sus vertientes e invitándote a todo un ejercicio explosivo, en el que sus solos acaban descolocándote y la potencia de sus canciones puede ser un claro indicativo para tu mejor fiesta.
Earl Of Hell se sigue reduciendo a ese repetida fórmula maestra que el paso del tiempo sigue triunfando entre las mejores vitrinas del heavy metal.