Clásicos del Género; Karma To Burn – “S/T” (1997)

Stoner / Desert Rock

(Roadrunner Records)

 

Al final de la jornada de este viernes, el desierto acaba absorbiéndonos como un ShaiHulud y aunque quería esperar a hacerle su particular homenaje en el 2027, las ganas me han podido.

El pasado fin de semana, dentro de mis tareas hogareñas y la propia anticipación de una buena banda sonora que me acompañe para tales acciones, siempre pongo una previa meditación/reflexión por saber elegir un buen álbum. Las ganas me hicieron viajar atrás en el tiempo, al despertar de una formación como Karma To Burn a finales de esos preciados 90 y su homónimo trabajo.

Es cierto, la banda no llegó ni a los 20 años de autonomía y todo quedó certificado en su último “Arch Stanton” del 2014. Después todo sabemos lo que ocurrió, la muerte del guitarra y fundador Will Mecum en la primavera del pandémico 2021, el compilado “Three Rabbit Hole” (ver aquí) lanzado ese mismo año y el posterior homenaje del sello Heavy Psych Sounds poniendo la reedición de todos sus discos en memoria del fallecido guitarrista, fueron el último aliento de uno de esos proyecto, quiénes con su posterior evolución, hizo que las voces desaparecieran en medio del desierto para dejarnos su mejor tempestad.

Para esto que mejor que viajar a la matriz de Karma To Burn, y ese lanzamiento vía Roadrunner Records de su homónimo trabajo durante el año 1997. Una autoridad del stoner de los últimos años del siglo XX, que con el tiempo pasó a ser definitivamente una de las singularidades del género, entre sus muchos encuentros y desencuentros.

Una voz como la de Jason Jarosz entre sus créditos para una banda que en este debut, solo usaría este apartado, el resto de su discografía, son como el gran referente del stoner instrumental norteamericano. Pero más allá de todo esto, Karma To Burn fue una banda espectral entre bastidores, desde sus idilios con John García, las proximidades de formaciones cercanas como los propios Kyuss o tiempo después con Year Long Disaster y esa huella imborrable que en sus raíces al oeste de Virginia, se alejaba de los clichés del nu metal instaurado en aquellos tiempos dónde las grandes productoras, y un ejemplo como la propia Roadrunner Records, daba cobijo a este estreno de Karma To Burn al lado de titanes como “Demanufactured”, “Chaos AD”, “Bloody Kisses” o “Burn My Eyes”.

Incluso la portada del mismo parezca sacada de alguna figura llena de polvo en lo más profundo del sótano. En esa sensación espeluznante con personajes retorcidos en su vida e imágenes varias en el propio libreto de esta homónima obra, Karma To Burn sentaría un precedente con su obra maestra epónima dentro de su extraña teología.

Lo mejor es el valor de este disco para la comunidad stoner, y el peso incalculable que el tiempo le ha devuelto al status que merece. Sí, Karma To Burn fue la excepción a la regla en un submundo alternativo dónde escuchar las canciones de este debut, solo puede producir esa euforia que a todos nos lleva hasta las puertas del gran desierto.

Tan solo el recuerdo de este disco fundamental, me hace despedirme de ustedes queridos lectores otra semana, homenajeando esta pieza indispensable de una de las bandas más importantes y a su vez más infravaloradas del género.

La entereza y constancia de los Mecum, Mullins, Jarosz y Limbaugh desde el inicio de sus tiempos hasta su trágico final, fue sin duda la velocidad de crucero que hacen de Karma To Burn, la banda especial que solo unos pocos la tienen como la verdadera banda de culto que es.

 

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