Weedpecker – «III» (2018)

weedpecker-iiiPsychedelic / Heavy Progressive / Stoner

(Stickman Records)

 

En ocasiones hemos comentado la gran actividad del volcán polaco de la escena pesada. Ante nosotros tenemos una nueva erupción de ese cráter con el tercer trabajo de Weedpecker, formación que con el paso de los años ha ido puliendo sus rudos y pesados sonidos, adentrándose en esferas más relajadas, sin perder un ápice de esa fuerza que caracterizó su primer trabajo (reseña aquí).

Los chicos de Varsovia en su nueva descarga, inciden y profundizan más en la psicodelia con tintes algo progresivos en esta ocasión. En todo un viaje mesiánico a lo largo de paraísos y vergeles sonoros en los que ya se han convertido en unos líderes. No estamos ante ese alumno aventajado que destacaba en su anterior “II” (reseña aquí).

La banda ha pasado a un estrato superior desde el cual lanza sus proclamas lisérgicas como Zeus desde lo alto del Olimpo. Ese es el verdadero lugar de Weedpecker en la actualidad. Lejos parecen estar ya de ese debut en el que las influencias grunge estaban presentes entre pesados sonidos stoner. La sutileza con la que la banda ofrece sus composiciones en “III” se aleja de aquella crudeza, para hacernos levitar en su particular paraíso.

En una línea similar a su anterior registro, parece que el camino emprendido a lo largo de los bosques sonoros por los que transitaba su “II”, hacia la recompensa del alma, ha llegado a su final. Un paraíso dulcificador ha sido el resultado obtenido por ese viaje. El Valhalla ya es suyo.

weedpecker-live-band

Con una introducción de ambientación paradisiaca la banda encuentra el confort, con dulces melodías y ejercicios corales angelicales, iniciadas la andadura musical de “Molecule”. Un ejercicio de psicodelia progresiva, fortalecida en su parte final por pasajes de stoner/doom. Siete maravillosos minutos de trance, un comienzo de disco prometedor de lo que nos espera. “Embrance”, el segundo tema del álbum, retoma la energía de la banda. Con cuidadas voces y fuerte base rítmica, los riffs stoner cabalgan a lomos de un caballo desbocado sustentados en un bajo firme y pesado. Fuerte trote que culmina en un relax a lo largo de espacios sonoros llenos de dulzura y efluvios canoros llenos de un colorido psicodélico completamente gratificantes. Los armoniosos registros vocales heavy progresivos se apoderan de una composición que combina elementos de psicodelia y stoner

La evolución de la banda desde su debut, dice mucho de la madurez adquirida en los miembros de la banda. Sin haber perdido un ápice de contundencia, la banda se inclina cada vez más hacia terrenos más calmados, donde la complejidad de las composiciones, siempre dotadas de una sutileza que especialmente se refleja en la voz, queda de manifiesto. Los pasajes tranquilos, con melodías susurrantes sustituyen la rudeza vocal de su disco debut. La elaboración de los temas es más que evidente.

“Liquid Sky”, el tercero de los temas del disco. Un claro ejemplo de ello. Cálidas voces reparadoras, se internan en suaves espacios custodiados por unas melodías de guitarra, llenas de reconfortante lisergia, explosiva en colores.  Complicados riffs se mezclan en un torbellino de tono espacial, siempre protegidos por  una potentísima batería, incesante. Llegados a este punto, me viene a la cabeza la evolución sufrida en su último trabajo por los americanos Elder. La experimentación sonora de los terrenos ocultos, de pasajes difusos que se van esclareciendo y llenando de colorido a lo largo de los temas. Siempre tratando que los efectos fuzz, creen ese clima, que haga que el oyente se introduzca en los temas sintiéndose atrapado por la placidez sonora.

En la misma línea, “From Mars To Mercury”  incide en la misma fórmula. Con unas refinadas y placenteras voces, los riffs se suceden hasta abrir la brecha de lo desconocido en brillantes y reconfortantes momentos lisérgicos. El refinamiento de la banda, cuidando mucho más sus melodías y presentándonos ambientes relajados, en los que se acercan a registro sonoros floydianos, queda patente en “Lazy Boy And The Temple Of Wonders” en el que flirtean con sonidos cercanos al jazz, sin renegar de sus orígenes stoner. A modo de bonus, los Weedpecker más pesados, meten en la batidora su lado contundente para compaginarlo con fragmentos psico-progresivos en “Rise Above”, el tema que cierra el trabajo.

Un álbum sin título, como sus predecesores. “III”. Emulando a los grandes dinosaurios de los setenta,  que solo daban nombre numérico a sus trabajos sin necesidad de más. Un disco que una vez escuchado, te cautivará y que ha de tener el reconocimiento que merece el buen hacer musical de los polacos, poniéndoles en lo más alto del escalafón de las bandas pesadas, más viajeras.

 

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